Este verano, el centro de atención es sin duda la Perla del Sur-Encarnación, con sus atractivas costaneras, playas y su carnaval. Pero al mismo tiempo se ha convertido en un punto predilecto de reuniones proselitistas de los candidatos. Tal es así que siempre se les observa haciendo campañas políticas, con pequeños o grandes grupos, dependiendo del partido al que representan.
El sur del país cambió mucho y la gente también. La mayoría de los jóvenes de las zonas urbanas que se manifestaban en contra de los legisladores, por cualquier situación de adversidad ante el pueblo, hoy día están mansamente siguiendo a la chapa de esos mismos personajes.
Y consultado del por qué cambiaron tanto, las respuestas no varían entre el uno y el otro. Jóvenes fuertes, pero desesperanzados ante el probable triunfo de un candidato tradicional. Sus respuestas concluyen con una mirada avergonzada hacia abajo y con un tono muy desanimado de: “mba’e jajapóta” (que se puede hacer).
En las zonas rurales de Itapúa, las versiones no se alteran mucho. Los campesinos están más expectantes que nunca de lo que pueda ocurrir el 21 de abril. La mayoría dicen no conocer a los candidatos de la derecha, porque estos nunca llegan hasta esos lugares.
Pero irónicamente, ellos se aferran a una idea y se sienten comprometidos con el candidato de su partido, con el solo hecho de estar afiliado en la misma línea.
Además estiman que el triunfo del candidato de un partido tradicional representaría la desaparición del Programa TEKOPORÂ y de otros programas sociales que favorecen a la gente de escasos recursos económicos.
En fin, estas personas temen de lo peor, pero también se sienten indefensos. Es como que no saben que existe un cuarto oscuro para ensobrar sus votos. Es como que todavía creen que están en la época de la dictadura stronista. Es como admitir que el saber elegir sea un gran pecado que podría condenarlos al infierno.
Aunque en nuestra democracia todavía nos imponen candidatos porque las listas sábana no se pudieron desbloquear. Pero tenemos la libertad y convicción de elegir al principal personaje que estará al frente del país durante 5 años.
El 21 de abril, los paraguayos y paraguayas tendremos la oportunidad de elegir el rumbo de una sociedad más democrática, fraterna y sobre todo un país más justo y libre.
Y es importante comprender que esa fecha va marcar el rumbo del Paraguay, y todo depende de nosotros. El saber elegir al futuro Gobierno, será la mejor oportunidad y decisión que vamos a tener.
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Adolf Sauer
Coordinador Ejecutivo
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