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12 de mayo de 2014
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Corresponsal Ciudadano de Asunción
El día del trabajador en el Mercado 4
El 1 de mayo, pasando por el mercado 4, recordé los 10 años de vida como vendedor de anteojos en un comercio coreano. El negocio funcionaba de lunes a sábados, de 7 a 18 horas y en ocasiones se trabajaba los domingo y asuetos. Los días feriados también se trabajaba hasta el medio día. Durante las fiestas de fin de año, la jornada laboral iniciaba más temprano y culminaba a las 20.30 ó 21.00 horas, eso sin contar las peripecias que uno vive, luego al tomar el bus para llegar a la casa y descansar. Todo eso sin percibir salario mínimo, horas extras y muchos menos los beneficios del Instituto de Previsión Social (IPS).

Eso sí, el compromiso del locatario era respetar mi deseo por el estudio, aunque con el tiempo la baquía del súbdito le jugó una mala pasada. Mi arma como vendedor era la persuasión, eso también sirvió para que el exigente oriental fuese cediendo poco a poco, aunque nunca en la concesión del salario mínimo vigente.

Los funcionarios del Ministerio de Justicia y Trabajo visitaban cada tanto los comercios para conocer sobre la situación de los empleados. Por supuesto, sin ningún resultado favorable para el empleado.

Conocer y compartir la historia del día del trabajador con el patrón incomodó y desequilibró mi estabilidad laboral.

Hoy, según la organización Internacional del Trabajo (OIT), Paraguay es uno de los países de mayor informalidad laboral entre los países latinoamericanos y caribeños. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el marco del proyecto “Mejores pensiones, mejores trabajos”, nuestro país registra el 65,8 % de informalidad laboral.

El gobierno de Horacio Cartes y el Ministerio de Justicia y Trabajo tienen el gran desafío de disminuir la brecha existente en cuanto a las pensiones para los trabajadores, según el BID, entre los países vecinos como Argentina, Chile, Perú, Brasil y Uruguay.

Muchos de los empleados públicos y privados del país trabajan más de 8 horas y no perciben el salario mínimo vigente, ni acceden a los beneficios del Instituto de Previsión Social. Basta con realizar una pormenorizada encuesta.

La OIT considera que “los salarios mínimos reducen la pobreza y protegen a los trabajadores vulnerables. Sus niveles reflejan tanto las necesidades de trabajadores como las exigencias del desarrollo económico”. Los 185 Estados miembros de la OIT deben adoptar políticas sobre salario mínimo como un medio para reducir la pobreza laboral. El informe sobre el trabajo en el mundo lanzado por la OIT recomienda también el apoyo del gobierno a la inversión pública y privada.

Desde el Ministerio de Justicia y Trabajo se debe proponer el pago del salario mínimo y lograr que los trabajadores accedan al beneficio de la pensión que ofrece el IPS. En Brasil, por ejemplo, se busca motivar a los trabajadores pagando un salario mínimo sólido y se hace entrega de la “Bolsa Familia” – programa de transferencia para superar la pobreza.

Paraguay está mejorando, relativamente, en términos económicos, la necesidad ahora es canalizar adecuadamente las riquezas y garantizar trabajo, remuneración y pensión jubilatoria para lograr la difícil promesa electoral: superar la pobreza en nuestro país.

El trabajador debe hacer lo suyo: seguir velando por la condición de los trabajadores y no sólo exigir, sino colaborar con el gobierno para que se puedan visualizar y superar las mencionadas brechas.

 

Autor del artículo:

Aníbal Casco

Asunción

acasco81@gmail.com

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