Uno de los aspectos de este deporte forma parte de uno de los juegos más conocidos llevado a cabo en las tradicionales fiestas de San Juan. Al juego se lo denomina: Pelota Tatá. Este juego consiste en un preparado esférico rociado con algún combustible, al momento del inicio del juego se expone a la esfera al fuego y se lanza la pelota en dirección a cualquier participante buscado este con los pies lanzar el balón lo más lejos que se pueda de su persona, es decir durante el juego nadie quiere tener en sus cercanías a la pelota.
En nuestro país muchas veces este juego se reproduce en áreas totalmente distintas como ser la responsabilidad sobre el desarrollo en los espacios públicos, las personas al ver la necesidad imaginan que ella es una pelota tatá y la lanzan con la mayor potencia posible hacia las autoridades mientras que estas al verla la vuelven a lanzar hacia los ciudadanos.
Los ciudadanos muchas veces están seguros de que todos los sueños que tienen para su comunidad solo serán realidad el día en que las autoridades de la comuna cumplan responsable y eficientemente los compromisos que asumieron en tiempos de campaña electoral, es decir se pasan la vida aguardando la llegada de algún mesías comunal que sea capaz de escuchar las necesidades que existen en la comunidad aun cuando los ciudadanos solo se limitan a gritar estas necesidades desde sus cómodos lugares esperando que el viento o alguna virtud sobrenatural sea capaz de hacer llegar este grito a oídos de este tan aguardado mesías comunal.
El desarrollo no podrá alcanzarse si no se derriban esos límites ilusorios de responsabilidad, si cada quien al ver una necesidad la lance cual pelota tatá hacia donde el viento la lleve. Los miembros de la comunidad deben entender que no existe tal mesías comunal, cada miembro de la comunidad tiene en sus manos la responsabilidad de tomar esa necesidad y convertirla en una causa comunal, para luego hacer llegar esta causa a las autoridades quienes a estas alturas ya no podrán lanzar esta causa a cualquier parte cual pelota tatá.
Para alcanzar el tan deseado desarrollo comunal los integrantes de la comunidad deben entender la responsabilidad que recae sobre sus hombros para iniciar y desarrollar los proyectos hasta que estos alcancen niveles a partir de los cuales ya deban ser las autoridades comunales quienes continúen con la ejecución, una vez que estas últimas tomen la posta los miembros de la comunidad deben asumir las responsabilidad de monitoreo por medio de lo que se denomina control ciudadano, ya que los recursos son administrados por los vecinos por medio de las comisiones vecinales.
Sin ese trabajo en equipo no solo será difícil sino que será casi imposible alcanzar metas ambiciosas de beneficio permanente, por lo que es tiempo de derribar esos muros ilusorios de responsabilidad para convertir las necesidades comunales en realidades que permitan el disfrute pleno de lo que denominamos nuestro hogar grande.