Rogelio Goiburú, hijo de Agustín Goiburú, médico paraguayo desaparecido durante la dictadura, es uno de los encargados de realizar el proceso de investigación, búsqueda, exhumación de los hallazgos. El mismo señaló que pese a los esfuerzos y al apoyo del equipo de Antropología Forense de Argentina, el Estado paraguayo no tiene fondos para hacer la investigación genética para la identificación de los cuerpos. Por lo que a pesar del gran esfuerzo, aún no pueden ser devueltos a sus familias.
En este video se puede conocer más acerca de historias de personas que desaparecieron en tiempos de Stroessner y hasta hoy día no se sabe dónde están.
En el Museo Memoria y Verdad sobre el Stronismo MEVES, que difunde el Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia, en su recorrido de Desapariciones Forzosas difunde que el gobierno de Stroessner reprimió a toda la sociedad no solo a través del encarcelamiento, el exilio y la tortura de cientos de ciudadanos y ciudadanas, sino en su más grave expresión, recurriendo a la privación premeditada de la vida, alcanzando un total de 395 víctimas confirmadas acordes los casos que la CVJ ha podido documentar durante el periodo.
Una de las características del comportamiento y el proceder del sistema represivo fue la privación del derecho a la vida como potestad inherente de la autoridad, tanto como la crueldad y la intencionalidad de exhibir ante la población el sufrimiento de las víctimas. Se considera desaparición forzada la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes.
La población percibía estos sufrimientos como formas de terror ejemplificante, al momento de la ejecución o antes de ser desaparecidas, como corroboran la presencia de cuerpos mutilados de los integrantes de las guerrillas del Movimiento “14 de Mayo” y del FULNA en su momento; o el hacer percibir a la comunidad, los familiares, el vecindario, las torturas a las que eran sometidas previamente las víctimas, tal como sucedió en el caso llamado la “Pascua dolorosa” en el predio de Abraham Cue.