ParIgual es una asociación que trabaja por la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, poniéndolas a estas como sujeto de derecho. Este grupo lo conforman jóvenes con y sin discapacidad que de manera voluntaria trabajan para “Visibilizar a la discapacidad como condicionante pero no determinante en las posibilidades de desarrollo en la vida”.

Teófilo Urbieta, más conocido como Teo (27 años) nació con Mielomeningocele , un defecto en el que la columna vertebral y el conducto raquídeo no se cierran antes del nacimiento. La situación hace que las personas que la padecen se deban movilizar en silla de ruedas, debido a que no poseen movilidad ni sensibilidad de la cadera para abajo.

La familia: El motor inicial para salir adelante
Teo nació en el seno de una familia donde siempre le dieron apoyo. La discapacidad física nunca fue impedimento para que juntos sigan adelante. “Siempre me hicieron parte de todas las actividades familiares, jamás se hizo nada sin mí” (…) La conjunción entre mi mamá y mi papá fue clave porque ella era la protectora y mi papá me lanzaba a todo”.

Colegio Goethe: Una comunidad educativa incluyente
Este joven emprendedor empezó a formarse en un contexto difícil en el cual era “raro” por no decir imposible encontrar a una persona con discapacidad en una escuela. “Me formé en una época muy diferente a la actual, donde había aún mayor desconocimiento acerca de la discapacidad y estábamos saliendo de la dictadura, en donde ingresar a una escuela pública era imposible, porque según el gobierno en ese entonces no existía la discapacidad”.

Sin embargo, el Colegio Goethe no solamente le recibió con los brazos abiertos, sino acondicionó todo el lugar con rampas, ascensor, etc. para una real inclusión.

“Recuerdo una anécdota, cuando estábamos en 5to grado fuimos a un campamento y una de las pruebas era pasar un cerro. ‘Yo les dije a mis compañeros, vayan, yo acá les espero’ y ellos me respondieron ‘o nos vamos todos o nos quedamos todos’, entonces me subieron entre todos upa, mujeres y varones, otros llevaron mi silla y subimos juntos. La experiencia fue buena para mí y también para ellos. Yo logré ser parte del colegio y ellos también se dieron cuenta de la necesidad de otras personas, son mucho más abiertos, inclusive para los profesores y padres de mis compañeros fue un gran desafío, a lo mejor pensaban que mis movimientos lentos podrían retrasar el ritmo del grupo, sin embargo todo eso se venció, la experiencia fue más que grande en esos 14 años, me fortaleció anímica y emocionalmente y capaz de enfrentar todas esas situaciones que estaban viniendo”.

  Una ciudad inclusiva con gente que piense de manera inclusiva
Al salir del colegio fue un choque para Teo, en la universidad, en el trabajo, en las calles donde tenía que explicar cuáles eran sus necesidades, pero pese a que hay mucho desconocimiento sobre qué es la discapacidad, y sus complejidades de acuerdo a cada caso, dijo que es una construcción. “Es ponerse en el lugar del otro y cambiar nuestras prácticas para un bien común”, dijo.

“La persona con discapacidad en este país tiene tan pocas posibilidades en todos los sentidos. Hay que cambiar todo, las escuelas son inaccesibles, las calles, los lugares públicos, centros de salud, los programas de estudio. Es costosa la inclusión, pero es un derecho; es más el gobierno ratificó la Convención por los Derechos de las Personas con Discapacidad , sólo se deben cumplir las leyes”, sostuvo Urbieta.

Políticas públicas
A partir de asistir a un Foro, y ver la poca cantidad de personas con discapacidad que terminaban el colegio y la universidad, Teo comenzó a cuestionarse acerca la falta de oportunidades para el sector. “Yo soy un afortunado y no puedo quedarme con los brazos cruzados, tengo que poner mi granito de arena porque esto debe cambiar. Ahí empezamos con parigual, conocer acerca de las barreras, los derechos, etc."

Las barreras en la ciudad se dan en miles de partes desde la falta de rampas de acceso, la falta de sanitarios, los botones altos en los ascensores, las veredas en mal estado, los autos estacionados en las veredas, los montículos de arena en las veredas, calles destrozadas, falta de conciencia de los ciudadanos, no respectar los derechos del peatón en sí. Esta realidad no es ajena para la ciudadanía.

Inclusión laboral:
En cuanto a la inclusión laboral dijo que a los que tienen alguna discapacidad generalmente le dan cargos de menor jerarquía. “ No se considera que pueda ser director de algún área. Se da el trabajo, pero muchas veces no las funciones y eso anímicamente afecta a las personas con discapacidad. El trabajo debe dignificar a la persona, va mucho más allá del sustento económico, es lograr una igualdad en la sociedad sentirse útil, compartir con los compañeros de trabajo”.

Para finalizar, Teo Urbieta dijo que muchas veces es como “normal” que te tengan que ayudar en todo a las PCD y que los mismos no conozcan sus derechos. “Tenés que conocer para pelear por tus derechos, para poder crecer, ser independiente, desarrollarse socialmente pero también los lugares públicos y privados deben ser inclusivos, las sillas de ruedas tienen que ser de buena calidad , debe existir un transporte propio para traslado, es preciso ejercitar los brazos para poder realizar las tareas y muchas cuestiones que implican llegar a la inclusión. Pero nos sólo la ciudad debe ser reacondicionada, sino las personas deben cambiar de mirada. Deben pensar en sus hábitos como dejar de estacionar en las veredas”.

  Lo que dice la Convención:
- Alrededor del 10% de la población mundial, o sea 650 millones de personas, vive con una discapacidad. Constituyen la mayor minoría del mundo.

- Esta cifra está aumentando debido al crecimiento de la población, los avances de la medicina y el proceso de envejecimiento, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS).

- El Banco Mundial estima que el 20% de los más pobres del mundo tienen discapacidades, y tienden a ser considerados dentro de sus propias comunidades como las personas en situación más desventajosa.

- Se reconoce que las mujeres con discapacidad experimentan múltiples desventajas, siendo objeto de exclusión debido a su género y a su discapacidad.

- Según el UNICEF, el 30% de los jóvenes de la calle tienen discapacidad.

- Según la UNESCO, el 90% de los niños con discapacidad no asiste a la escuela.

Contacto:
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