Rahaba -30 años
Campo de Refugiados, Sudán del Sur
Refugiada
"Yo vengo de Jam, en la región sudanesa de Nilo Azul. Salimos de nuestro país a causa de la guerra. Vi como seis personas de una misma familia eran asesinadas... Sólo dejaron a uno de los niños con vida. El padre, la madre y los otros niños fueron asesinados. Dejamos la mayor parte de nuestras pertenencias en casa, apenas tuvimos tiempo de llevarnos nada. Tardamos más de 20 días en llegar a Sudán del Sur. Caminábamos desde que amanecía hasta las 11 de la noche. Vinimos con nuestros vecinos, mi madre, mi hija, uno de mis hijos y mi hermana, que se casó la semana pasada… En el camino no había comida, así que comimos las cortezas, los frutos y las hojas de los árboles. También vendimos algunas de nuestras ropas para poder comprar sorgo con el que alimentar a los niños. Durante muchos días no comimos nada.”
Alrededor de 200.000 refugiados sudaneses han huido buscando albergue en el vecino Sudán del Sur, la nación más joven del mundo. Tras caminar durante semanas, llegan a los campos de refugiados donde las precarias condiciones de vida están provocando problemas de salud entre la población refugiada, con altas tasas de mortalidad y desnutrición. La violencia intercomunal también está ocasionando muertes.
Ángel Arnes Salazar -55 años
Chujllas, Bolivia
Paciente de Chagas
“Me sentía mal, tenía un poco de agitación cuando dormía. Fui al hospital de Aiquile (cerca de Chujllas), y me dieron el resultado de que tenía Chagas. Pero como era imposible ir allá y recibir tratamiento, entonces no podía tratarme. Pasaron seis meses y llegaron los Médicos Sin Fronteras, y un compañero me aviso. ‘Eso es muy importante’ decía yo, ‘no hay que perder esa oportunidad’. Nos reunimos toda la comunidad con los médicos y ellos nos orientaron. Como ya me sentía mal, empecé el tratamiento, para entonces yo ya casi no tenía ganas de trabajar o de comer. Cuando inicie el tratamiento, a los tres días ya recuperé mi energía y ya tenía ganas hasta de comer, me he recuperado mucho. Espero que los otros hagan el tratamiento porque yo me siento muy bien.”
Bolivia es el país con mayor prevalencia de Chagas en el mundo. Esta enfermedad, que afecta entre 8 y 10 millones de personas en América latina, se contagia principalmente por la vinchuca y afecta a los sectores socio-económicos más vulnerables. Es conocida como “la enfermedad silenciosa” porque no manifiesta síntomas por años pero puede causar problemas cardíacos y gastrointestinales que pueden ocasionar la muerte.
Mqondisi Mnkandla -17 años
Zimbabue
VIH positivo
“Mi nombre es Mqondisi Mnkandla y tengo 17 años. Descubrí que era VIH positivo hace mucho tiempo, en 2007. Estaba muy enfermo, entonces decidí hacerme la prueba (de VIH). Siempre sospeché que era seropositivo, así que no me afectó tanto cuando me enteré. Comencé a tomar medicamentos y a tener una vida normal; ya no me enfermo… Creo que es importante compartir mi experiencia personal con otros porque es una manera de educar sobre cómo vivir con el VIH. Quiero explicar que se puede soñar con un futuro a pesar de la enfermedad que puedas tener.”
Zimbabue es el tercer país más afectado por la pandemia del sida en el sur del continente africano, con una tasa de incidencia del 14%; en 2011 nacieron cerca de 300.000 niños infectados. Según el Gobierno de Zimbabue, solo recibe el tratamiento antiretroviral el 63% de las personas que lo necesitan. Hoy en día en los países en desarrollo más de ocho millones de personas con VIH reciben antirretrovirales, pero aún hay millones de personas que no pueden acceder al tratamiento.
Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización médico- humanitaria de carácter internacional que aporta su ayuda a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes de origen natural o humano y de conflictos armados, sin ninguna discriminación por raza, religión o ideología política. Cada año, MSF envía al terreno a más de 2.400 profesionales, que colaboran con 25.000 trabajadores locales también contratados por la organización. Actualmente MSF cuenta con 425 proyectos de acción médica y humanitaria en 60 países, y con 5 millones de socios y colaboradores en todo el mundo. En reconocimiento a su labor humanitaria, MSF recibió el Premio Nobel de la Paz 1999.
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