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03 de noviembre de 2016
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ARTICULOS
LOS ECOS DE CADA 3 DE NOVIEMBRE, MI GENERAL
Muchos jóvenes, que no vivimos esos años de “progreso y seguridad”, nos sentimos convencidos de que más allá de las cuantiosas obras de gobierno ejecutadas por Alfredo Stroessner, durante 1954 y 1989, no se pueden comparar con el hecho de que la población entera vivía bajo la ignorancia, censura, secuestros, exilios, torturas, desaparecidos y muertes.
Por Desirée Esquivel; @desiesquivel

Alfredo Stroessner, quien gobernó por casi 35 años el país situado en el corazón de Sudamérica, murió en el 2006. Sin embargo, en memoria de la nostalgia de muchos paraguayos, que lo idolatran y recuerdan felices esa época dorada, se sigue festejando cada 3 de noviembre, fecha en la que nacía el general.

Las filas copaban cuadras y cuadras para llegar hasta el presidente Stroessner y saludarlo, gestos infaltables que ensalzaba su orgullo. En la actualidad, principalmente en el histórico exbarrio del general –San Pablo de Asunción–, los petardos y fuegos artificiales reavivaron el solemne saludo de los 103 años del exdictador, al cielo en este caso o a donde sea que se encentre el tirano.

Aunque muchos expresemos el fastidio de estas celebraciones, que se repiten en varias zonas del país y cada año, debemos recordar que vivimos en una transición democrática, si es que la podemos llamar de esta forma, y tienen el derecho de festejar el cumpleaños de aquel hombre que estuvo en contra de los derechos humanos y libertades de pensamientos.

El año pasado, 2015, durante un acto en la ciudad de Hernandarias, el presidente de la República, Horacio Cartes, criticó a los medios de prensa y a quienes se lanzan contra el exdictador al indicar que estos fueron quienes más se “colgaron de Itaipú y Yacyretá”. Aseguró que esta obra “era muy criticada y que fueron los que más criticaron los que más fuerte se agarraron”, dijo el mandatario. “Mba’éicha okambu lo mitã pe Itaipure”, comentó entre bromas. Recordemos que las construcciones de las represas se realizaron durante la dictadura.

En ese momento, volvió a pedir la unidad del partido colorado y solicitando que la frase “El mejor amigo de un colorado, es otro colorado”, se sienta en la práctica, una recordada expresión que solía utilizar Stroessner. (http://bit.ly/2fgIQvk). Sumado a esto, no olvidemos del atropello contra la libertad de expresión, desde los medios de comunicación que maneja su hermana, que infunde el propio jefe de Estado y su entorno empresarial.

Mientras algunas personas desean dormir con la ventana abierta, el núcleo familiar de otras se ve afectado hasta la actualidad, a consecuencia de las persecuciones, secuestros, amedrentamientos, entradas y salidas de las comisarias (además del terrible Departamento de Investigaciones), torturas en las cárceles, que en lugar de soportar electrocuciones o asfixias en la pileta durante meses, preferían mil veces morir. Varios hogares se destruyeron y llegaron al punto de obligarse a dejar la tierra que los vio nacer para siempre y con una limitada oportunidad de restablecerse en un futuro, aquí, en Paraguay.

En los sectores económico, social, cultural y religión sufrieron su largo tiempo de transición (desde el golpe militar a Alfredo Stroessner) con una tímida mirada de esperanza de un mejor Paraguay, en el que su gente se una a la misma causa: democracia.

En el sentido político,  Stroessner para cimentar su hegemonía en el plano nacional utilizó la vía de lo que Max Weber (filósofo alemán) llamaba “partidos del patronazgo”, que se refería a un sistema que solo privilegia al líder y a sus seguidores con todos los beneficios de una red profunda de prebendas a través del Estado. Desde luego, en un país sumiso en el atraso de aquel entonces, eran pocos los que podían disfrutar de una nación “justa, libre y segura”.

El afamado escritor paraguayo Augusto Roa Bastos solía decir que el Paraguay es una isla rodeada de tierra, aforismo útil para explicar ciertas particularidades culturales pero suficientes para darnos una respuesta acertada a nuestros vaivenes políticos, sociales e históricos. Bien que tenía razón, porque hasta ahora no se ha alterado en nada ese concepto del maestro.

Paraguay se encamina en la transición democrática, porque aún no es absoluta, arrastrando sus profundas cicatrices de indescriptibles sufrimientos, que dibujan un pasado negro o como bien lo describió en el título de su novela el periodista y escritor paraguayo, Alcibiades González Delvalle, Un viento negro, que se es incapaz de olvidar, pero eso debe ser una fortaleza para enfrentar y acompañar los nuevos desafíos de la sociedad de estos tiempos.

No habrían tantos motivos para celebrar el cumpleaños de un dictador que condenó a varias personas a ser víctimas de crímenes crueles, pero los ecos de cada 3 de noviembre hacen que el general se sienta orgulloso de lo mal o bien que obró, ya que todos los recordamos: sea con desprecio, admiración o la simple imitación moderna que disfraza el “nuevo rumbo” de Paraguay.

Fotos: Internet y archivos de Abc Color.
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Asunción - Paraguay