"Ahora es el momento para que América Latina abrace el cambio estructural, aproveche las reformas ya realizadas y siga avanzando en la reducción de la desigualdad y el fortalecimiento del crecimiento económico. El contexto global demanda un cambio estructural para aumentar la productividad en la región", dijo Angel Gurría, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el lanzamiento del informe en la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se realiza en Cádiz, España.
"Las pequeñas y medianas empresas (pymes) en América Latina pueden transformarse en agentes importantes del cambio estructural y del aumento de la productividad. Se requiere una mayor coordinación para ayudar a las pymes a superar sus obstáculos", enfatizó.
Las pymes deben jugar un papel central en la tarea de incrementar el crecimiento potencial de América Latina y crear empleos de mayor calidad. Las pequeñas y medianas empresas representan 99% del total de firmas en la región y emplean a 67% de todos los trabajadores. Sin embargo, su contribución al PIB y su productividad total son bajas: mientras que las grandes empresas en América Latina tienen niveles de productividad seis veces más altos que los de las pymes, esa diferencia es de solo 2,4 veces en los países de la OCDE.
Un problema común para las pequeñas y medianas empresas no es tanto su tamaño como su aislamiento en la estructura productiva, el cual las hace incapaces de ampliar su producción y especializarse.
"Lo social no solo se juega en lo social. La heterogeneidad estructural y las persistentes diferencias en materia de productividad (entre y dentro de sectores y empresas) forman un núcleo duro desde el cual la desigualdad se extiende hacia toda la sociedad, agravando las brechas de capacidades y oportunidades", destacó la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena.
"Las políticas públicas y los gobiernos, en particular, tienen un papel crucial que jugar en la definición e implementación de nuevos enfoques integrales para el desarrollo, donde la política industrial y las pequeñas y medianas empresas estén ubicadas en el centro de la agenda", agregó.
En este sentido, se requieren nuevas políticas en el campo de las finanzas, la innovación y las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), además del aumento de la formación de trabajadores y la reducción de la "brecha de capacidades".
El acceso al financiamiento es uno de los principales obstáculos enfrentados por las pymes: solo 12% del total de créditos otorgados en la región van hacia estas empresas, comparado con el 25% en los países de la OCDE. Asimismo, 34% de los pequeños negocios en América Latina cree que el acceso al financiamiento es una grave limitación. A las pymes frecuentemente se les aplica tasas de interés mucho más altas que a las grandes empresas por parte de los bancos comerciales, que alcanzan hasta el doble en varios países.
La creciente provisión de servicios financieros por parte de los bancos de desarrollo está permitiendo progresos en el sector, destacándose el programa Innovar de la Financiadora de Estudios y Proyectos de Brasil (FINEP), así como la labor del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de ese país; el Programa de Emprendedores de la Nacional Financiera (NAFIN) de México; y la Red Capitalistas Ángeles de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) de Chile. Más programas como estos deben ser desarrollados y ampliados, dicen la CEPAL y la OCDE.
El uso más intensivo de las TIC puede ayudar a que las pymes eleven su competitividad, se inserten con menores costes en los mercados internacionales y mejoren su gestión. Más allá de los teléfonos fijos y celulares, hay aún importantes brechas entre las pequeñas y medianas empresas y las grandes firmas en el uso de tecnologías más avanzadas, como poseer sitio web o intranet y tener acceso a banda ancha.
El restringido acceso a fuerza laboral calificada es otro gran problema que afrontan las pymes. De hecho, 37% de las empresas de menor tamaño en la región creen que encontrar trabajadores bien formados es uno de sus principales obstáculos. Esta cifra es superior a la media global y a la de otras regiones en desarrollo. Los países de América Latina se beneficiarían del establecimiento o fortalecimiento de una estructura institucional y de esquemas de incentivos para que las pymes puedan capacitar a su personal.
Ver Informe:
Perspectivas económicas de América Latina 2013
Publicado el 16 de noviembre, 2012 por el Centro de Prensa de la CPAL
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