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22 de mayo de 2013
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Amnistía Internacional
Informe señala movilizaciones sociales como forma de protesta contra gobiernos que no respetan los derechos humanos
Amnistía Internacional (AI) publicó este miércoles (22) el informe anual 2013 "El Estado de los Derechos Humanos en el mundo”, que relata la situación de los derechos de las personas en 159 países y territorios durante el año 2012. El objetivo de este documento es combatir los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo y establecer la agenda de trabajo en defensa de la garantía de los derechos para el próximo año.
Amnistía Internacional (AI)
Amnistía Internacional (AI)

De acuerdo con el informe, el año 2011 se caracterizó por intensas protestas populares que, al contrario de lo que se pensaba inicialmente, se desparramaron por varios países y regiones del planeta provocando conflictos debido a la insatisfacción de la población con gobiernos autoritarios, el abuso de poder, la falta de rendición de cuentas, la creciente desigualdad, el agravamiento de la pobreza y la falta de liderazgo en todos los ámbitos de gobierno. Marcando un nuevo orden de cambios sociales, a lo largo del año quedó claro que las poblaciones están dispuestas a protestar contra los gobiernos que no garanticen justicia, seguridad y dignidad humana.

 

A pesar de las restricciones impuestas a la libertad de expresión en por lo menos 91 países, las manifestaciones populares ocuparon las calles e Internet en todo el planeta para exigir democracia, libertad y justicia.

Por otro lado, muchos gobiernos respondieron con violencia contra aquellos que se manifestaban contra sus regímenes. Se practicaron actos de represión, tortura y otros malos tratos en por lo menos 101 países, según relata AI.

 

En Oriente Medio y en el Norte de África la indignación y la desesperación de un joven en Túnez impulsaron las protestas en la región, donde rápidamente se desparramaron y derribaron al gobierno del presidente Ben Alí. Escenario de los conflictos más significativos, la respuesta de los gobiernos frente a las protestas también en Egipto, Siria, Libia, Irán y otros consistió en violencia y represión. El número de personas muertas, heridas o presas en estos conflictos por ejercer sus derechos aumentó sin cesar.

 

Además de los resultados violentos, decenas de miles de personas se vieron obligadas a huir y a desplazarse hacia otros países. En este intento, algunos refugiados cruzaron el Mediterráneo en busca de refugio en Europa, sin embargo, muchos murieron en el camino o fueron recibidos con dureza por políticos europeos. En toda la región persistió la discriminación y la represión contra mujeres, minorías y migrantes. En la región de Europa y Asia Central fueron frecuentes en la antigua Unión Soviética las persecuciones, las intimidaciones y las golpizas contra defensores/as de derechos humanos y periodistas.

 

A pesar de algunos avances en algunos países como aumento de la libertad de expresión, continuaron cometiéndose los mismos abusos que en los regímenes anteriores contra la tortura, uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y restricciones de libertad de expresión, inclusive en Internet.

 

Las protestas también ocurrieron significativamente en América Latina. Se registraron tensiones sociales en Bolivia sobre cuestiones económicas y derechos de los pueblos indígenas. En México, los manifestantes salieron a las calles para pedir el fin de la violencia, de la impunidad y la militarización de la guerra contra el narcotráfico, que deja cada vez más víctimas civiles. En toda América Latina y el Caribe, los/las defensores/as de derechos humanos y periodistas estaban expuestos a sufrir violencias, amenazas e inclusive la muerte. Aunque haya avances en la lucha contra la impunidad de las violaciones de derechos humanos cometidas en el pasado, en algunas partes de la región las fuerzas de seguridad y el ejército continuaron perpetrando tortura, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.

 

Paralelamente a los conflictos, se evidencia la cuestión del armamento de estados opresivos, que provoca miles de víctimas por año. También se ha destacado la lucha de los pueblos contra empresas que pasan por encima de los derechos territoriales de familias en busca de explotar recursos naturales.

 

En virtud de este escenario, Amnistía Internacional alerta que los gobiernos no pueden usar como justificación la posible falta de preparación de sus pueblos en relación con un sistema participativo de gobierno para violar derechos humanos. También alerta que los Estados que afirman defender los derechos humanos no pueden apoyar a dirigentes dictatoriales por el hecho de ser sus aliados, y que los gobiernos deben asumir sus responsabilidades para mantener la paz y la seguridad internacional. "Es preciso atender al grito de libertad, justicia y dignidad que se oye en todo el mundo, y, para ello, el primer paso es que todos los Estados respeten la libertad de expresión y el derecho a la protesta pacífica”, declara.

 

Más información: www.amnesty.org/es/annual-report/2012/foreword

Fuente:

Tatiana Félix
Periodista de Adital

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=75439

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