“Las prisiones son un reflejo de la sociedad en la que se encuentran”. Así lo define el Psicólogo Español Víctor Fraga‚ quien a lo largo de su vida ha seguido muy de cerca los problemas penitenciarios. Pero‚ ¿Que tan cerca de nuestra realidad se encuentran las palabras de Fraga? La Penitenciaría Nacional de Tacumbú es un vivo ejemplo de los problemas que acaecen en la Justicia Paraguaya.
Quizás el mayor problema existente en La Penitenciaría Nacional de Tacumbú y en los demás penales y cárceles de nuestro País que englobe y sea el punto de partida para otra gran cantidad de problemas sean los que refieran a la sobrepoblación de reclusos.
Según datos proveídos por el Ministerio de Justicia‚ gracias a la Ley N°5282 de Libre Acceso Ciudadano a la Información Pública y transparencia Gubernamental (Solicitud N°3963) en este momento en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú existen 3424 reclusos mientras que la capacidad poblacional del recinto es de unos 1687 presos‚ superando esta cantidad por el doble de los que puede albergar‚ la sobrepoblación de reclusos es de unas 1737 personas ‚ que equivale al 51% de la población recluida.
Esta sobrepoblación sumada a la falta de interés estatal y a la precariedad a las que son expuestos los reclusos genera graves problemas en materia de Derechos Humanos ya que es bien conocida la paupérrima situación en la que viven cientos de personas en el Penal.
Uno de los factores más importantes que contribuyen a esta Sobrepoblación de reclusos es sin dudas la escases de condenas existentes en el penal‚ ya que de los 3424 personas procesadas solo 890 están cumpliendo una condena privativa de libertad‚ esto es solo el 26% de la población recluida en Tacumbú‚ mientras que existen 2534 personas que no están cumpliendo una condena‚ esto equivale al 74% de la población recluida ‚ se han reportado incluso casos de personas que han sido condenadas ya mucho tiempo después de haber fallecido.
La falta de interés por parte del Ministerio de Justicia y la escases de un plan para el tratamiento y reacondicionamiento social de los reclusos hacen de Tacumbú un verdadero aguantadero de delincuentes.
stas cifras se elevan si tomamos datos a nivel Nacional. De las 13024 personas (hombres y mujeres) recluidas en todo el Paraguay 9370 personas no cumplen una condena y aguardan a una‚ quiere decir que el 72% de los hombres y mujeres recluidos en todo el País no cumplen una condena privativa de libertad y solo 3654 personas que equivalen solo al 28% cumplen una condena en las diferentes prisiones de nuestro país. Estas cifras son alarmantes y los organismos estatales no parecen estar haciendo nada al respecto‚ o no lo hacen a la altura de la magnitud que representa este eterno problema.
¿Cuál debería ser el objetivo de las prisiones en la sociedad? El objetivo que deben cumplir las prisiones en Paraguay y en el mundo es la de un lugar que prive de su libertad a personas que han cometido hechos punibles de distintas índoles‚ y a su vez y con mayor importancia que en su estadía estas personas sean atendidas psicológicamente y capacitadas laboralmente para su eventual reinserción a la sociedad. Porque esa es la tarea de estas instituciones‚ su fin es de garantizar posibilidades de reinserción social a personas que hayan cometido un crimen y hayan cumplido una condena. Mientras tanto la realidad en Paraguay es totalmente otra.
Sobrevivir en Tacumbú es toda una desidia‚ muchos alegan que el dinero mueve al penal y de este depende la calidad de “vida” que se lleva adentro. Como en cualquier sociedad‚ cualquier ciudad‚ en Tacumbú los hay ricos y pobres‚ quienes viven en celdas decentes y quienes viven en los famosos Pasillos de la penitenciaria. Si solo sobrevivir en Tacumbú ya representa dificultades estas aumentan a la hora de salir. Quienes logran cumplir su condena y salir del penal se enfrentan a otra gran cantidad de problemas‚ la discriminación por parte de la sociedad a personas que hayan estado recluidas en las cárceles es común en todo el Paraguay.
La gran mayoría de los ex convictos son discriminados laboralmente por el hecho de haber permanecido en prisión‚ las oportunidades laborales se les cierran y esto‚ sumado a que la gran mayoría no fue capacitado durante su estadía dentro del penal conduce a que muchos ex convictos‚ por necesidad‚ desesperación o adicción a las drogas vuelvan a delinquir. Estamos hablando entonces de que el objetivo principal que deberían de tener las penitenciarías en Paraguay y con mayor razón la Penitenciaria Nacional de Tacumbú no se cumplen.
Es necesario que se planifiquen proyectos a nivel nacional para la creación de nuevas cárceles que puedan albergar‚ y capacitar a los reclusos para que de alguna forma estas personas en algún momento puedan ser reinsertadas a nuestra sociedad. Porque no hay que olvidar que las personas recluidas siguen siendo seres humanos que por distintos motivos terminaron en estos lugares. Si tomamos en cuenta la situación actual de las Penitenciarias y volvemos a las palabras de Fraga. Entonces valdría la pena preguntarse ¿En qué clase de sociedad nos encontramos?