El informe apunta que la región no conseguirá una igualdad de trabajo entre hombres y mujeres mientras "no se resuelva la cuestión de la carga de trabajo no remunerado". Esto porque la mujer continúa siendo responsable por actividades como organizar el hogar y cuidar de los hijos y ancianos.
El resultado de esta desigualdad puede ser percibido a través de los números. Según el informe, en la región latinoamericana y caribeña, el tiempo de trabajo total (remunerado y no remunerado) no solo es mayor para las mujeres que para los hombres, además también son ellas las que dedican mayor parte de tiempo a trabajos no remunerados.
El informe apunta que en Brasil, por ejemplo, mientras las mujeres trabajan (tanto en actividades remuneradas, como no remuneradas) 56,6 horas semanales, los hombres dedican 52 horas. En muchos países, esa diferencia puede llegar a casi 20 horas semanales y hasta más. Es el caso de Colombia, donde las mujeres destinan 103, 2 horas semanales de trabajo (de ese total, 60,8 horas con dedicadas a trabajo domestico no remunerado) y, los hombres apenas trabajan 83,4 horas (de las cuales 33 son destinadas a actividades no remuneradas).
Esta no es sin embargo, la única situación de desigualdad enfrentada por las latinoamericanas y caribeñas en el campo laboral. Según informaciones de la Cepal, datos de 2008 revelaron que 31,6% de las mujeres con más de 15 años no tenían renta propia, mientras que apenas el 10,4% de los hombres pasaban por ese problema.
El índice de desempleo también es mayor entre la población femenina: 8,3%, mientras que el índice de hombres desempleados en región, gira en torno del 5,7%. En cuanto a la remuneración, ellos continúan recibiendo salarios más altos de que ellas. A pesar de la laguna salarial haber disminuido entre 1990 y 2008, las mujeres reciben apenas 79% de la renta destinada a los hombres por el mismo tipo de actividad.
"La igualdad en el trabajo requiere una nueva ecuación entre el Estado, el mercado de trabajo y la familia para la redistribución de la carga total de trabajo (remunerado y no remunerado). Esto a su vez, involucra políticas, prácticas y normas públicas y privadas que reduzcan la carga de cuidados que recaen sobre la mujer y permitan su acceso al mercado de trabajo, aliadas a incentivos, programas y cambios culturales para que el hombre comparta las responsabilidades en el hogar y el cuidado de sus dependientes", destaca la hoja informativa.
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Fuente: Adital Noticias