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27 de agosto de 2013
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Corresponsal del Proyecto A quiénes Elegimos
Incidencia del Desbloqueo de las listas Sábanas
Los sistemas electorales corresponden a un modo por el cual son elegidos los representantes en las distintas democracias representativas alrededor del mundo; si bien la esencia de la democracia es la misma, o sea los principios del republicanismo liberal, con la división de poderes, entre otros aspectos, sin embargo existen ciertas diferencias en los métodos de elección de los representantes, en lo específico nos referimos al Poder Legislativo.
Por Rodrigo Ramírez
Foto: Asociación Fuera Lista Sábana del Paraguay
Foto: Asociación Fuera Lista Sábana del Paraguay

Existen de esta forma diferentes sistemas electorales, como ya habíamos mencionado, entre ellos el sistema mayoritario y el sistema proporcional; el primero consiste en circunscripciones electorales (o distritos) en donde el candidato con mayoría simple recibe el escaño correspondiente en dicha circunscripción o región específica, este sistema refuerza a los grandes partidos político, generando usualmente un bipartidismo, dificultando la aparición de otros movimientos políticos ; el sistema proporcional, según algunos autores, es el más representativo en tanto los diferentes partidos y movimientos políticos reciben escaños de acuerdo a la proporción de votos que reciben las diferentes listas de los partidos, ya que los la ciudadanía vota por listas cerradas, y de acuerdo al conteo por medio del sistema D´hont reciben curules en los Congresos; este sistema refuerza la pluralidad de diversas fuerzas políticas, las cuales deben gobernar por consenso y alianzas con demás fuerzas,  también “del principio de proporcionalidad se dice que provoca la inestabilidad y la debilidad de la acción gubernativa[1].

 

De ahí parte el actual debate entre las formas de elección, si bien hay un consenso en aceptar las listas cerradas, ya que las listas abiertas es imposible de aplicar en las organizaciones complejas en el  contexto de las actuales Repúblicas modernas. Por lo cual la discusión en nuestro país se centra en si las Listas Cerradas deben ser bloqueadas o desbloqueadas, de ahí la consigna por el desbloqueo de las “Listas Sábanas”, trataremos de sintetizar la incidencia política de la implementación del desbloqueo de las Listas Cerradas, que actualmente son bloqueadas en nuestro sistema electoral.

 

El desbloqueo de las listas cerradas, en teoría, permitiría mejorar la representatividad de los congresistas electos, ya que los electores podrían modificar el orden en el cual se encuentran los candidatos dentro de una lista, y según los sectores que apoyan el desbloqueo, lograría una renovación de las cúpulas políticas, dándoles mayor legitimación a su gestión.

 

La esencia de la política en nuestro país está bastante desprestigiada, tal como lo señalaba el Senador Miguel Carrizosa al decir que “la clase política está desprestigiada[2], lo que queda demostrado en la encuesta de la Fundación CIRD (Centro de Información y Recursos para el Desarrollo) en el marco de las elecciones generales del 2013, un 76% de los encuestados manifestó que no le parecía que el Congreso actual representase la voluntad popular[3], una gran mayoría de la ciudadanía desconfía de los congresistas, es más en la misma encuesta un 48% aboga por disminuir la cantidad de parlamentarios[4] a su vez también lo indica Daniel Mendonca en su libro “Democracia Vulnerable”, debido a diversos factores, la falta de una respuesta integral a las necesidades de los ciudadanos, la ineficiencia de los servicios públicos básicos, así como la vulnerabilidad de las Instituciones Públicas en una corrupción sistémica, como la deficiencia del Estado de Derecho, los errores en paliar las desigualdades sociales, como la falta de una cultura democrática en el seno de la sociedad civil, en resumen “la evaluación del entorno muestra un alto nivel de vulnerabilidad social, con elevados índices de pobreza y desigualdad, (…) una marcada debilidad del estado de derecho y un alto nivel de corrupción pública, (…) y alta ineficiencia en la gestión pública, en particular en las áreas de la economía y el bienestar social”[5].

 

Son varias las prácticas, vicios e irregularidades de nuestra clase política que minan la confianza de la población, que no son particulares de un solo sector sino que están generalizadas en todas las instancias de la política, desde el clientelismo hasta la corrupción, que tienen sus explicaciones que deben remontarse a la historia del Paraguay que no tocaremos debido a su extensión. Como ya mencionamos estos deslices están muy arraigados en la cultura política, incluso en las instituciones, citando nuevamente a Mendonca: “No resulta arriesgado sostener que la situación paraguaya es de corrupción sistémica, (…) padece una situación de corrupción estructural y de impunidad consentida que opera como mecanismo de sustento de la élite en el poder[6], lo que evidencia que la situación es mucho más precaria al ser estructural y sin mecanismos eficientes que impidan estas prácticas, y al ser este el sustento de los grupos políticos para recibir apoyo por medio del clientelismo, definido como “conjunto de relaciones de intercambio entre dos grupos, en las cuales los votos u otros tipos de apoyo partidista de los clientes se intercambian por beneficios materiales privados[7], acción que fue pasando de un monopolio por parte de la ANR a las otras fuerzas políticas; en este sentido Gustavo Setrini explica que “el clientelismo es una institución social y política profundamente arraigada en el Paraguay y ha demostrado tener fuertes visos de continuidad[8]

 

Esto queda demostrado con varios hechos de nuestra clase política, varias irregularidades que no son sancionadas efectivamente cayendo en la impunidad ya conocida y muchas veces solo denunciada por la prensa, tanto en la compra de votos y cédulas en las elecciones[9], así como el incumplimiento de la Constitución Nacional de varios parlamentarios al no presentar su declaración jurada de bienes[10]. Incluso con el cambio de gobierno no hubo muchas diferencias en este sentido, las mismas prácticas continuaron como el nepotismo del Presidente Federico Franco[11], lo que implica que la transparencia ha sido la excepción. Así también como las prácticas anti-democráticas de nuestros representantes, como lo ocurrido en junio del 2007, cuando el Diputado Vítor Bogado apagó las luces de la Cámara baja para frenar la sesión en la que fue electo Óscar Salomón como nuevo Presidente de Diputados[12], ante la ineficacia de las instituciones de sancionar y evitar este tipo de actitudes de los actores políticos.

 

Estas deficiencias en la Democracia en nuestro país, evidencian la necesidad de reformas profundas, no solo en nuestras instituciones y sistema electoral, sino también en la cultura cívica de la ciudadanía paraguaya. Los sectores que apoyan el desbloqueo de las listas cerradas afirman que su implementación permitiría solucionar, en parte, los problemas recién mencionados en la representación política, ya que los electores no elegirían a una lista ya conformada, ni a un partido, ni color, sino directamente a las personas que quieren que los representen, incidiendo en el orden de dichas listas.

 

Sin embargo existen también diversas críticas al sistema de Listas Cerradas y Desbloqueadas, en lo que se refiere a la proporcionalidad, ya que algunos analistas indican que el desbloqueo, en la práctica, funciona de forma similar a los Sistemas Electorales Mayoritarios, citando el ejemplo de España, que utiliza listas desbloqueadas en la elección al Senado y más de la mitad de los asientos pertenecen a un grupo político que alcanzó un poco más del 40% de los votos, de forma que no es proporcional; de la misma forma se especula que la implementación del desbloqueo podría hacer que disminuyera la pluralidad en el parlamento[13], ya que los Partidos más pequeños perderían su influencia e incidencia en la política.

 

Además algunos referentes de los partidos políticos tradicionales, entre ellos el asesor de la Justicia Electoral Carlos María Ljubetic señalan que el desbloqueo podría desestructurar a las diferentes estructuras políticas[14], movimientos o partidos, ya que impulsaría la competencia inter-partidaria, o sea que los candidatos de un mismo partido competirían entre sí, impulsando la figura del caudillismo personalista y los líderes en contraposición a los lineamientos del partido con los militantes; la crítica radica en que los partidos, que por definición son asociaciones entre personas que buscan conquistar el poder legítimo por medio de apoyo popular, de acuerdo a una ideología o programa, perderían su esencia, resaltando más a las personalidades o caudillos que a las ideas que los sustentan.

 

También las críticas de varios sectores, se dan en la cuestión en la viabilidad de la implementación del desbloqueo, ya que el Tribunal Superior de Justicia Electoral reclamo mayor presupuesto para la capacitación y las papeletas[15], además de otras cuestiones, como la dificultad de un conteo rápido y la fiscalización de las actas en las mesas electorales[16].

 

Existen varias ventajas y desventajas en el desbloqueo de las “listas sábanas”, y el debate en si generó respuestas favorables de la ciudadanía en busca de un cambio y de participación, lo cual es siempre positivo, como las manifestaciones en su apoyo. Sin embargo las razones que exponen los sectores a favor de dicha implementación se centran en problemas y deficiencias estructurales en nuestra democracia representativa, que venimos arrastrando desde hace varias generaciones (por no decir desde nuestra independencia), los cuales deben solucionarse con un replanteamiento de nuestro sistema político y jurídico vigente, debido a la idiosincrasia no solo de nuestra clase política sino en la propia ciudadanía que no posee las herramientas ni la cultura cívica y democrática, ya que el parlamento (tan desprestigiado como la política misma) deriva de las elecciones de los ciudadanos.

 

En síntesis, las falencias de nuestra Democracia tienen causas profundas y por lo tanto necesitan soluciones profundas, el desbloqueo es una solución superficial y paliativa, los mismos vicios en la política continuarían sino es la base lo que se transforma, en este caso los electores, no el sistema electoral, una mejor representatividad pasa por una educación cívica de acuerdo a nuestro contexto social. El debate debe pasar por la necesidad de un nuevo pacto social, que solucione los problemas estructurales de las Instituciones estatales, una reforma sistémica, no parcial, ya que “cualquier reforma social viable, eficaz y duradera con efectos previsibles debe ser entonces radical y global, a la vez que gradual. Esto es, debe tratarse de un cambio lento pero exhaustivo y total que afecte la estructura, (…) deberían ser sistémicos más que sectoriales”[17]

 

Autor del artículo

Rodrigo Ramírez

Estudiante de Sociología

Asunción

 



[1][1] FAYT, Carlos. Derecho Político. Tomo II. Editorial Depalma, Buenos Aires, 1998. Pág. 197

 

[5]MENDONCA, Daniel. Democracia Vulnerable. Editorial Intercontinental. Centro de Estudios Constitucionales. Asunción, 2010. Pág. 18.

[6]Ídem, pág. 57

[7]MASI, Fernando, BORDA, Dionisio. Editores. Estado y Economía en Paraguay 1870-2010. CADEP (Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya). Asunción. Pág, 331

[8]Ídem, pág. 327

[17]BUNGE, Mario. Las Ciencias Sociales en discusión: Una perspectiva filosófica. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1999. Pág. 476-477

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