La problemática de esta población vulnerable, que proviene de situaciones de pobreza y disfunciones familiares, se incrementará de no tener una atención adecuada que les permita una rehabilitación y una nueva oportunidad de rehacer sus vidas y tener finalmente oportunidades laborales.
El hecho de que existan programas y centros que atiendan a esta población tiene una repercusión inmediata no sólo en ellos y en sus familias, sino también en toda la comunidad, dado que se crean condiciones de mayor seguridad y un entorno que favorece el desarrollo.
La representante de Unicef en el país, Rosa Elcarte, insta a todas las partes involucradas, especialmente a las autoridades locales, a que, si no es posible la donación actual de los terrenos en la ciudad de Presidente Franco, se busquen soluciones creativas, innovadoras, tales como terrenos alternativos, el alquiler sin costo por un tiempo determinado o la gestión del centro por el propio municipio con supervisión de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia (SNNA).
Todas estas medidas tienen el fin de que pueda concretarse la construcción del albergue, con el apoyo de la donación de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (Koica), y que estos niños y niñas en situación de calle con problemas de adicción puedan contar con un nuevo centro en el que recibirán asistencia para mejorar su situación y alejarse de las actividades en la vía pública.
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