Néstor Amarilla tiene 29 años. Es escritor, director y actor paraguayo. Su padre fue opositor al sistema de represión de Alfredo Stroessner implementado en Paraguay entre 1954 y 1989.

A 20 años de la caída de la dictadura, publicó y llevó a las tablas la historia del padre y abuela. El nombre, Fecha Feliz, era como se denominaba al día del cumpleaños del dictador que más tiempo permaneció en el poder en América Latina.

El autor, para un medio radial, anunció que la Academia de los premios Nobel aceptó la propuesta el 2 de febrero. Éste 7 de octubre podría convertirse en la primera obra paraguaya en obtener este galardón en la categoría de Literatura.

¿Quién fue Stroessner para vos?
–Stroessner fue una maldición para nuestro pueblo. Yo sé que muchos dirán que todo lo que tenemos se hizo en época de Stroessner, pero es lo mínimo que pudo hacer en 35 años. Nada ni nadie borran los sellos de sangre.

¿Cuál crees fue la peor consecuencia de 35 años en el poder?
–La ignorancia y el miedo. Incluso creo que estas dos cosas son las peores al igual que las torturas y matanzas que se hicieron. Stroessner mató a muchos y dejó mutilado al resto de la Nación.

¿Crees que la sociedad aún carga con algunas características típicas de la dictadura?
–Sin dudas. Seguimos con la actitud sumisa y desganada. Cada vez que atropellan nuestros derechos, nos callamos. Cada vez que aceptamos una coima o damos prioridad a un compañero del partido en vez de al talentoso e idóneo estamos sangrando esa herida abierta de la dictadura.

Como artista, ¿te imaginarías trabajar en la época de la dictadura?
–No me puedo imaginar. Supongo que ya hubiera sido exiliado a algún lugar de la tierra o del más allá.

¿De qué se trata Fecha Feliz?
–De la historia de mi abuela y mi padre, Antonio. Es una historia muy sencilla pero contundente. ¿Qué hace una madre cuando está por perder al último ser que ama? Trata de esos momentos donde uno acepta su supuesto destino o despierta la dignidad que lleva dentro.

En Fecha Feliz, Antonio por su apodo Toño, forma parte de la resistencia al gobierno. Su madre, sabiendo que podía perder la vida escribe un poema al dictador Strosessner pidiéndole que le perdone la vida. El padre de Antonio había muerto por la misma razón años atrás.

¿Qué significa para ti escribir una parte de la historia de tu familia?
–Al principio pensé que sólo era un pedazo de la vivencia de mi familia, pero luego caí en cuenta que era muy similar a la vivencia de casi todos los paraguayos. Es una felicidad poder dar voz a nuestro pueblo.

¿Es cierto que tuviste algunos problemas para mostrar Fecha Feliz? ¿Cuáles fueron?
– Sufrí muchas persecuciones, siendo una de ellas el despido injustificado de trabajo. Uno de los actores tuvo que abandonar la obra por esta misma razón a tan solo tres días del estreno. Gracias a Dios apareció un actor con memoria de oro y pudimos estrenar igual la obra.

¿Cada 3 de noviembre, qué pensás?
–Es un día para reflexionar. Pensar en esa época negra y tratar de superar siendo mucho más cautos para no repetir la historia.

Si pudieras cambiar el dicho popular: “3 de noviembre, fecha feliz” ¿cómo lo llamarías?
–Cambiaria la fecha más que nada. “3 de febrero, fecha feliz.”

El 3 de febrero de 1989 un grupo de militares dio un golpe de Estado y destronó a Alfredo Stroessner. Su gobierno es recordado por las detenciones prolongadas, torturas y el exilio de cientos de paraguayos. Desde entonces, Paraguay está en un proceso de transición democrática.


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