Para estas comunidades, así como para otros pueblos indígenas de Paraguay y de otros lugares, el derecho a las tierras ancestrales es vital para su cultura, su sustento y su modo de vida. Las consecuencias de la expulsión de sus tierras ancestrales son desastrosas para los Yakye Axa y los Sawhoyamaxa.
Se ven obligados a vivir en asentamientos temporales sin un adecuado acceso a educación, comida, agua potable y asistencia médica. En muchos aspectos, su situación es un reflejo de la larga historia de exclusión y violaciones sistemáticas de los derechos humanos de los pueblos indígenas de Paraguay. Una Comisión de Verdad y Justicia –que investigó también los abusos cometidos durante la dictadura militar del general Alfredo Stroessner (1954-1989) y la transición a la democracia– ha documentado violaciones de los derechos humanos, incluidas ejecuciones extrajudiciales, esclavitud, violencia sexual y venta de niños. La Comisión observó que las violaciones de derechos humanos contra pueblos indígenas se siguen repitiendo y afectan continuamente a sus oportunidades de vida, a su cultura y a sus derechos a la tierra.
Tras muchos años de resuelta lucha, e incapaces de lograr que se haga justicia en Paraguay, los Yakye Axa y los Sawhoyamaxa han llevado sus casos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En dos sentencias distintas, en 2005 y 2006, la Corte ordenó a Paraguay devolver a ambas comunidades sus tierras ancestrales. Sin embargo, pese a que ha habido algunos avances, Paraguay aún tiene pendiente cumplir completamente la sentencia de la Corte. Las medidas temporales ordenadas por la Corte, tales como suministrar alimentos, agua potable y atención médica, solamente se han cumplido en parte, o no se han cumplido en absoluto. Mientras tanto, los Yakye Axa y los Sawhoyamaxa siguen esperando volver a sus tierras ancestrales.
Información adicional
En setiembre de 2011, un representante letrado de la comunidad indígena ha informado a Amnistía Internacional, de un acuerdo firmado por las autoridades paraguayas, empresas locales para el inicio de la restitución de las tierras a la Comunidad Sawhoyamaxa, oportunidad clave para que la comunidad regrese al fin a sus tierras ancestrales.
En virtud a dicho acuerdo firmadoantes de concluir el año, un organismo gubernamental comprará un solar de 14.404 hectáreas a dos empresas establecidas en Puerto Colón, cerca de Concepción, en el departamento central de Presidente Hayes.
Aunque aparentemente se ha encontrado una solución razonable para restituir a los Sawhoyamaxa sus tierras ancestrales, ahora queda lo más difícil, y las autoridades paraguayas deben seguir hasta el final y garantizar el retorno sin demora de la comunidad a sus tierras tradicionales.
Fuente: Amnistía Internaciona Capítulo Paraguay