Paraguay tiene una alta tasa de homicidios por armas de fuego, figurando en el puesto 12 entre los países que peor se encuentran en esta situación, según un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Delincuencia.
Estos casos nos recuerdan que “las armas de fuego no son cualquier objeto, su calidad no las ubica como un bien privado cualquiera, se trata de un objeto que su uso tiene consecuencias sobre el orden público, la salud pública y principalmente la vulneración del derecho a la vida y el derecho a la integridad de la persona” señaló María José Garcete, Vicedirectora de Campañas de Amnistía Internacional Paraguay.
La representante de AI afirmó que“la reducción de la proliferación de armas de fuego en la sociedad es indispensable para construir una sociedad más segura. La sensación de inseguridad aumenta la tenencia y portación de armas de fuego. Sin embargo, el uso irresponsable de armas de fuego, aumentan las posibilidades que las personas resulten heridas o muertas accidentalmente, a que el arma sea usada en asaltos, homicidios, suicidios, robadas por los asaltantes o utilizada en contra de aquellas que las han comprado para su seguridad”.
El Paraguay no está ajeno a la problemática del descontrol global de las armas de fuego. Las armas de fuego, más allá de constituirse en uno de los negocios más importantes a nivel mundial y de tener relación con crímenes cometidos en el marco de la lucha contra el narcotráfico y de grupos armados, se han transformado en elementos presentes y constantes en la vida cotidiana de la sociedad paraguaya. Según datos de la Dirección de Material Bélico de las Fuerzas Armadas de la Nación, se estima que 1.000.000 de armas de fuego se encuentran en manos de civiles y sólo el 30% de las mismas se encuentra registrado.
En el mes de julio del corriente año, todos los gobiernos someterán a debate en las Naciones Unidas, el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas que pretende proteger los derechos humanos y evitar que las armas se envíen a quienes, con mayor seguridad, las utilizarán para cometer graves violaciones de esos derechos.
Amnistía Internacional, considera que el objetivo de reducir la violencia armada a través del control de comercio de armas de fuego, es indispensable para construir una sociedad más segura y una cultura de paz, por lo que instan a las autoridades a asumir políticas públicas que prevengan, combatan y aseguren la seguridad ciudadana y el fin de la violencia armada.
Enviado a la Agencia SC Noticias por:
A.Riobóo
Vicedirectora de Comunicación AI Paraguay
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