En esta ocasión la ciudadanía podrá participar de un inusual encuentro de estacioneros de San Jerónimo, Villa Elisa, Ita Pyta Punta y otros, que se encontrarán con sus diversas tradiciones familiares y barriales entonando suscánticos propios de alabanzas a la cruz. El encuentro culminará con la degustación compartida de chipas y cocido, a la usanza tradicional.
Esta propuesta forma parte del programa de rescate de las tradiciones barriales, por los 475 ańos de Asunción, coordinado por la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción en una actividad del Centro Cultural Manzana de la Rivera.
Se invita a la ciudadanía a acudir con sus velas y faroles.
ORIGEN DEL KURUSU JEGUA
Según Clemente Cáceres, promotor cultural de la Dirección de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción, la adoración de la Cruz de se originó desde triunfo del cristianismo con la asunción del primer Papa en Roma, 300 ańos después de la muerte de Cristo. Pero fueron más determinantes las gestiones de las grandes cruzadas y de Santa Teresa de Jesús. Esta veneración se encontró en el Paraguay con antiguas celebraciones guaraníes que veneraban a Kurupi, dios de la abundancia, germinación y procreación consistente en alabanzas, danzas y abundante comida, ritual que se celebraba en la misma época del ańo que el día de la Cruz cristiana. Fue sobre dicha celebración que las misiones evangelizadoras instalaron el 3 de Mayo, que contiene hasta hoy elementos de sincretismo y un profundo significado para quienes lo celebran.
El Dia de la Cruz en las Misiones Jesuiticas
De acuerdo con registros de los misioneros que obran actualmente en San Ignacio, cada 3 de mayo (1609 al 1867), los religiosos y los nativos compartían mucha comida con oraciones a la Cruz de Cristo instalada en medio de la plaza central. En otras crónicas del entonces al Santo Padre, también coinciden con las experiencias de los Franciscanos.
Recién al principio de 1900, registros periodísticos mencionan que sólo chipas se ofrecían a los que rezaban a la cruz y aportan un elemento muy importante: Una cueva de follajes llena de chipas de varias formas colgadas de las ramas.En 1930 aparece una crónica que habla de “Cruz adornada con chipas” (Kurusu jegua).
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