Los gobiernos mantienen en estos momentos conversaciones en la sede de la ONU en Nueva York para aprobar un instrumento potencialmente histórico, el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), que podría contribuir a poner fin a la devastación que causa el comercio de armas irresponsable y mal regulado.
Los representantes del presidente Obama han indicado que desean que el Tratado incluya una cláusula de excepción en virtud de la cual las consideraciones en materia de seguridad nacional estarían por encima de todo problema grave de derechos humanos al decidir si suministrar armas.
“Ahora que las negociaciones sobre el TCA han entrado en una fase decisiva, ha llegado el momento de que el presidente Obama demuestre de verdad que el gobierno estadounidense habla en serio cuando asegura proteger los derechos humanos”, ha manifestado Suzanne Nossel, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Estados Unidos.
“Toda cláusula de excepción que supedite los derechos humanos a otras consideraciones en el TCA será una indicación de que los países pueden seguir actuando como hasta ahora. La pérdida continua de vidas civiles en Siria es un crudo recordatorio de por qué hace falta un TCA sólido, en el que los derechos humanos sean primordiales. De la inclusión en el acuerdo final de estrictas normas para la protección de los derechos humanos dependen millones de vidas.”
Amnistía Internacional insta a los gobiernos a que garanticen que se incluya en el Tratado una "regla de oro" sobre los derechos humanos, con arreglo a la cual, si existe un riesgo sustancial de que las armas que se van a suministrar a un país se utilicen para cometer graves violaciones de derechos humanos, la transferencia no se llevará a cabo.
Muchos gobiernos y la mayoría de los aliados de Estados Unidos son partidarios de esta postura. Sin embargo, algunos Estados influyentes, como China, Rusia y Estados Unidos, están promoviendo normas más suaves.
Estados Unidos, China, Siria y Egipto han expresado su oposición a que el Tratado abarque también las municiones.
“Como mayor exportador de armas del mundo y como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos en particular tiene el deber de ponerse al frente de estas negociaciones para llevarlas a buen término. Los dos últimas semanas brindarán al presidente Obama una importante oportunidad de liderar la marcha a fin de conseguirlo”, ha señalado Nossel.
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Vicedirectora de Comunicación AI Paraguay
Ángeles Riobóo
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